A lxs que no nos dan ni un nombre… que podrían darnos mas hondo y fundamental? Cuando los estados y gobiernos no pueden ni llamarnos por un nombre… por NUESTRO nombre?
La identidad propia… la que construimos con nuestro género subjetivo… con nuestra identidad subjetiva y disfrutamos como reflejos de nuestros deseos sexuales hoy compromete a la nueva definición de las políticas de diversidad en la medida y las intenciones de nuestras capacidades, y esto sobrepasa por mucho los comprendimientos de la hegemonía lgtbi de nuestro continente.
Un cuerpo trans hoy en Latinoamérica es una política de guerrilla. Una bandera viva de diferencia y cuestionamiento. Un desafío a los verdaderos alcances de la inclusión social.
Cuando una persona trans elije definir su propio genero y su propia identidad sexual, así también elije su personalidad y a eso le da un nombre… pero si su entorno no representa ni respeta su elección y los estados y gobiernos no reconocen su elección y las políticas lgtbi no incluyen su elección… no hay nada sin nombre. Lo que no se nombra no existe. La existencia trans es un acto de visibilidad en si mismo.
No hay políticas sin nombres. No hay identidades sin inclusión. No hay diversidad sin reconocimiento.
No hay revolución sin todos y todas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bueno, con eso que pone de que "una persona trans elije definir su propio genero y su propia identidad sexual", discrepo totalmente...
ResponderEliminarBueno, para empezar hay que ver a qué se le llama "trans", ya que muchas veces es un "cajón de sastre" donde se meten muchas realidades muy diferentes...
El resto de realidades que se meten en esa etiqueta (transgéneros, intergéneros, travestis -en el sentido que se le da en España, no en el de Argentina-, crossdressers...) no sé; pero las personas TRANSEXUALES, al menos, NO elegimos nuestro género o nuestro sexo, nuestra identidad sexual; es algo que tenemos queramos o no, es mucho más fuerte que toda la influencia de los cromosomas, de los genitales y del cuerpo del sexo opuesto que nos ha tocado tener por desgracia, mucho más fuerte que toda la presión de la familia y de toda la educación que nos ha intentado hacer creer que nuestro sexo era el de nuestros genitales, mucho más fuerte que la presión de amig@s, vecin@s, médic@s, toda la sociedad y toda la maquinaria del estado que no ha parado de decirnos que nuestro sexo es el de nuestros cromosomas y genitales, mas fuerte incluso que nuestra propia convicción cuando muchas veces nos han llegado a hacer creer que tenían razón y que no éramos esa mujer (o ese hombre) que sentíamos ser...
Esa fuerza es muchísimo más potente que todas las continuas e infinitas presiones en contra, es algo que las supera tarde o temprano... esa fuerza es nuestra identidad sexual, nuestro sexo biológico, nuestro sexo sentido, NUESTRO SEXO (el único y verdadero, el de nuestra mente, el de nuestro ser, no el de nuestros cromosomas y/o entrepierna). Y eso, NO LO HEMOS ELEGIDO, como tampoco hemos elegido necesitar respirar oxígeno, o beber agua o necesitar alimentarnos...
El único margen de elección que tenemos las personas transexuales, es como en el caso del oxígeno, del agua o de los alimentos... es no saciar esa necesidad... y, al igual que podemos decidir no respirar, no beber agua o no alimentarnos, podemos decidir no vivir siendo nosotras mismas / nosotros mismos, vivir una vida que no es nuestra vida... con unos resultados, casi tan graves (aunque a un plazo más largo) que el no respirar, no beber agua o no alimentarse...
La decisión que tomamos es el vivir de acuerdo con nuestro sexo, con nuestra identidad sexual, la cual no hemos elegido, al igual que no hemos elegido nuestra fisiología.
Un beso
Ainara Ruiz (integrante de Errespetuz -Asociación vasca Para la Defensa e Integración de las Personas Transexuales-)